En todas las actividades humanas, y en especial en el mundo del arte y la cultura, muchas veces quedamos deslumbrados por algunas figuras muy destacadas que, de forma generalmente merecida, son un referente imprescindible. Es una circunstancia lógica si no llevara aparejada la injusticia del olvido de tantas y tantas personas cuya admirable trayectoria es desconocida para muchos.

Es el caso de Antonio Escolano.

Alicante, en los años setenta, era un foco importante para la creación de cómics en nuestro país. De la mano de dos dibujantes muy destacados, Jordi Franch y Fuentes Man, y otros excelentes artistas: Demetrio Sánchez, Martínez Mira, Rossend Franch, Pujalte y Enrique Nieto. Su influjo favoreció el inicio profesional de jóvenes dibujantes, entre los que siempre destacó Antonio Escolano.

Buena parte de su producción se centró en trabajos publicados fuera de nuestras fronteras. Para la editorial estadounidense Charlton Comics realizó adaptaciones de cuentos de Edgar Allan Poe. En Gran Bretaña hizo historietas bélicas para D.C.Thomson y de misterio o aventuras para I.P.C. Magazines Ltd.

Otros mercados donde se publicaron trabajos de Escolano fueron Italia, Alemania o Suecia, país donde realizó cómics con James Bond como protagonista.

Junto a Juan Soler publicó, en 1983, la serie Verdh, el Gran Brujo en El Pequeño País. Era el primer cómic presente en las páginas de El País.

Al año siguiente fue uno de los coordinadores de Alicante 84: la movida del cómic, suplemento de la revista Canelobre editada por el Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert. Y en 1986, fue el director de una revista de cómics, también editada por el Instituto, que publicó un único número: Postiguet.

Alguno de sus trabajos más significativos los realizó para la Obra Social de la CAM. Con motivo de la celebración del bicentenario de la expedición filantrópica de la viruela, realizó un cómic en 2003 sobre Balmis que se distribuyó a más de 30.000 escolares de la ciudad de Alicante. También abordó un importante reto en 2007: trasladar los cuentos de Azorín al mundo del cómic. El resultado fue una obra imprescindible, como lo demuestra su reedición en 2017 por parte de la Generalitat Valenciana.

Desde 1985, con la creación del estudio de diseño gráfico Escolano&Estudio, también comenzó a desarrollar una destacada labor en el terreno publicitario. Ha trabajado para importantes empresas, instituciones y agencias de publicidad.

Este es un pequeño resumen de su trayectoria profesional. Sus trabajos siempre quedarán ahí. Como permanecerá el recuerdo de un hombre especialmente bueno, cercano y humilde, del que sabíamos que podíamos esperar siempre lo mejor.

Ahora, Antonio, Corto Maltés te espera ya en su nave para cruzar juntos todos los océanos de la fantasía y conocer los lugares más mágicos, dejando atrás siempre tu estela de persona extraordinaria.

Adiós, amigo, hermano.