Caligrafía creativa: enganchados al arte de dibujar letras y escribir a mano

  • La afición de escribir a mano se ha popularizado en España en los últimos años.
  • ​Las editoriales están publicando libros para aprender caligrafía creativa: Rubio ya va por su tercera entrega.
  • ​El diseñador Iván Caíña presenta un manual para introducirse en este arte milenario.
Portada de 'El arte de la caligrafía'
El libro 'El arte de la caligrafía. Guía para la escritura creativa', de Iván Caíña.
EDITORIAL ZENITH
Portada de 'El arte de la caligrafía'

En la última década, se ha extendido en España una nueva afición relacionada con el placer de escribir a mano: la caligrafía creativa, ya sea como expresión artística o como un hobby. Las editoriales han detectado este movimiento de recuperación de la pluma y la tinta y están publicando cuidados libros para quienes deseen iniciarse en este arte milenario. Dos de los más recientes, lanzados este otoño, son El arte de la caligrafía. Guía para la escritura creativa (Zenith), de Iván Caíña; y Caligrafía creativa 3: Manual para enamorados de la cursiva inglesa, tercer volumen de una colección de Rubio dedicada a este campo.

Más allá de la nostalgia, este resurgimiento tiene que ver, cómo no, con los cambios que el uso de los móviles y los ordenadores han introducido en nuestra vida. Así lo ve Enrique Rubio, director de la editorial que nos enseñó a escribir con sus clásicos cuadernos: “Las nuevas tecnologías han hecho que vayamos perdiendo la caligrafía, hemos olvidado hábitos como mandar cartas o tomar notas. La gente escribe peor y comete más faltas de ortografía. Este movimiento tal vez tiene que ver con que se echa de menos escribir a mano de forma cotidiana y por eso lo hacen en el tiempo libre”.

Enrique es la segunda generación de Rubio, una gran idea que surgió de una pequeña academia valenciana para enseñar al mundo a escribir con buena letra: “Mi padre, Ramón Rubio Silvestre, creó la empresa hace más de 60 años. Desde el 97, debido a una enfermedad que tuvo, me hice cargo yo. Me apasiona todo lo que hizo. Era profesor mercantil y creó la Academia Rubio en Valencia, donde daba clases de contabilidad y cálculo”.

Los cuadernos que desarrolló para sus alumnos se convirtieron en una herramienta básica de aprendizaje para varias generaciones de estudiantes de todo el país, porque, como bien explica el editor, “en aquella época, la caligrafía era una tarjeta de visita: había que escribir muy bien y además con pluma. Ahora la caligrafía creativa es muy similar a aquello”.

La caligrafía era una tarjeta de visita: antes había que escribir muy bien y además con pluma

Desde el mundo del diseño gráfico, Iván Caíña aporta otro punto de vista sobre este auge. “Es cierto que hay mucho movimiento en torno a la caligrafía y el lettering en estos últimos años, pero es a nivel amateur donde se ha generado esa moda” porque, en realidad, de forma profesional “el dibujo de letras siempre ha estado presente en todos los campos de la comunicación gráfica”, defiende.

A Iván le parece algo bueno, pues “ha generado cierto interés” en conocer “los procesos artesanales que hay detrás de este tipo de trabajos”. El “lado malo”, como suele ocurrir con las modas, es que lo “inundan todo” y, en su opinión, no siempre con calidad: “Tenemos que ser capaces de filtrar lo que está bien y lo que está mal, no todo vale”.

En España, o al menos así lo cuenta Enrique Rubio, no hay precedentes recientes de esta popularización de la escritura manual. “En los 22 años que llevo en la empresa, lo que había detectado era todo lo contrario, un desinterés y, de hecho, se demandaba menos e incluso había artículos que decían que ya apenas se utilizaba en algunos países como Finlandia”, reconoce.

Bueno para el cerebro y para desconectar

Además de que haya contribuido a visibilizar el trabajo de gente como Iván Caíña o a vender más cuadernos, el responsable de Rubio destaca los beneficios para la salud de escribir a mano: “Estudios científicos dicen que activa más partes del cerebro que hacerlo con teclado; además, la grafomotricidad gruesa y fina es muy importante para el desarrollo del cerebro en los niños”.

También está relacionado con la relajación, la capacidad de desconectar o el tan repetido mindfulness -cuando alguien coge un papel y se sienta a dibujar letras, se olvida por un rato de todo lo demás- y, por supuesto, con la creatividad, aunque sea a escala cuartilla. “Escribir o incluso los mandalas que también se han puesto de moda como pasatiempo” fomentan la imaginación y nos conectan con nuestro lado más artístico, sobre todo en el caso de “la caligrafía antigua, la inglesa...”.

Libro 'Caligrafía creativa 3'
Páginas interiores del manual de 'Caligrafía creativa 3' de Rubio.
EDITORIAL RUBIO

A esta última está dedicada la tercera entrega de una colección de Rubio que nació hace unos cuatro años. “Vimos que había mucho producto de lettering inglés pero muy poquito español. Nos decidimos a sacar el primero y tuvo mucho éxito. Este es el tercer año, editamos uno por curso”. Caligrafía creativa 3 (del que ya están preparando “la segunda edición, porque la primera ya se ha agotado”) es un monográfico para aprender la cursiva inglesa o copperplate, nombre original de este estilo de letra.

Los tres libros de Rubio funcionan como un cursillo para no iniciados. El primero es una introducción general a la caligrafía creativa, con “ejercicios de trazos muy fáciles hasta llegar a escribir una frase”, detalla Enrique; mientras que el segundo va un paso más allá, “es un poco más complicado” y el tercero se dirige a quienes lo hayan probado ya y quieran conocer a fondo la cursiva inglesa. “La progresión sería empezar con el primero y llegar hasta este último”, recomienda.

Guía para no iniciados

Otra buena opción para descubrir el mundo del lettering es el manual de Iván Caíña, cuyo acercamiento a la caligrafía creativa ha sido “una evolución natural”. “Desde antes de estudiar diseño gráfico ya probé con el grafiti, así que esto de las letras me viene desde bien teenager. Eso sí, creo que mis padres duermen más tranquilos ahora que cuando decoraba paredes ajenas sin pedir permiso”, dice y se ríe.

En El arte de la caligrafía. Guía para la escritura creativa (Zenith) ofrece un cursillo acelerado para adentrarse en este campo que le apasiona y, además, le da de comer. En su libro explica conceptos básicos como la diferencia entre caligrafía, lettering y tipografía y detalla qué materiales se necesitan: las herramientas (lápiz y goma, pluma, pincel, brushpen, rotulador, regla…), los tipos de papel más apropiados para cada una y las diferentes tintas que se pueden utilizar. Además, da muchos consejos prácticos e incluye ejercicios para aprender poco a poco. En las últimas páginas propone aplicar las habilidades adquiridas decorando una taza, una invitación o una cazadora vaquera, entre otros proyectos reales.

“Recomiendo parte del material que yo utilizo a diario y que creo que es interesante pero no hace falta probarlo todo de golpe, dependerá un poco del estilo de letra que queramos hacer”, dice el diseñador. Un básico para empezar sería “un Tombow Fudenosuke Hard, es un rotulador con la punta fina y bastante controlable. Además podemos llevarlo siempre encima junto con una libreta clásica de Moleskine, tienen un buen papel y su versión de tapa blanda es muy manejable”.

Este es su primer libro, con el que ha cumplido “un sueño, han sido unos nueve meses de idas y venidas, nervios... pero sobre todo mucha ilusión, me he encargado personalmente de cada proceso cuidando hasta el más mínimo detalle”, algo que, según él, “se nota en el resultado final”. Se lo ha pasado tan bien que ya tiene claro que “no será el último” que publique.

En su caso, hasta llegar a convertirse en un profesional de la escritura a mano “ha habido y hay mucha formación, práctica diaria y una obsesión por perfeccionar el trazo”, reconoce. “Fui incorporando poco a poco la caligrafía y el lettering a mi trabajo como diseñador” y, a día de hoy, todos sus clientes “coinciden en que quieren letras” de Iván Caíña en su proyecto. Ha trabajado para marcas como Calvin Klein, Alhambra o L’Oréal.

La letras artesanales tienen futuro

El panorama actual es alentador para estos talentos: “En España parece un buen momento para las letras hechas a mano, recibo encargos de marcas, agencias y clientes de todo tipo que valoran mucho el trabajo artesanal. Además, hay mucho movimiento a nivel formativo, la mayoría de los calígrafos españoles están impartiendo workshops por todo el país, además de los artistas internacionales que vienen a España a dar clase”, asegura Caíña. Por eso recomienda aprovechar “para aprender de los mejores”.

Desde Rubio también confirman que la escritura manual tiene presente y futuro. “Estamos esperando a ver la respuesta para decidir si hacemos un cuarto libro el año que viene, pero todo apunta a que sí porque el tercero, en dos meses, ha tenido una respuesta muy positiva”, avanza la editorial, que suele lanzar cada nueva entrega en septiembre.

El público al que se dirige es muy heterogéneo, tiene entre 20 y 40 años, con especial calado en los milenials. Por eso, los textos de estos manuales, en tono desenfadado, están plagados de anécdotas y guiños a series, películas… y otras referencias a la cultura popular de su generación. Es el ‘toque Rubio’: “Queríamos que además de aprender fuera divertido, para conectar con los lectores. Eso es lo que nos ha diferenciado siempre de otros”, reconoce Enrique.

Algunos estarán pensando si todos los rótulos con los que nos topamos en el día a día (sin ir más lejos, muchos bares anuncian ahora su menú con estilosas letras, que también tienen mucha presencia en la mayoría de las campañas de publicidad) están realmente hechos a mano o se pueden diseñar con el ordenador. Iván Caíña aclara que “existen herramientas y software muy potentes para realizar trabajos totalmente digitales y son muy interesantes” pero su trabajo es “a un 90% analógico, prefiero usar siempre tinta ya que, con respecto a cualquier herramienta digital, gano en gestualidad y textura”. Sobre papel puede “utilizar muchas herramientas y además me mancho las manos, que es mucho más romántico”, bromea.

¿Y requiere alguna habilidad especial? Más allá de “dedicación y compromiso”, que se mencionan en el libro de Rubio, la caligrafía creativa es “para todo el mundo, quienes tengan mejores aptitudes irán más rápido pero cualquiera puede aprovecharlo para mejorar” su letra. El autor de El arte de la caligrafía coincide en esa opinión: “No creo en eso de que existe un don. Todo en esta vida se aprende, en más o menos tiempo dependiendo de la constancia”. Así que, como bien dice, “siempre es buen momento para empezar, porque a todos nos gustaría escribir mejor, ¿no?”.

Próximos cursos

La tienda de Rubio en Valencia (c/Sorni, 9) ofrece con regularidad cursos de caligrafía creativa, para grupos reducidos de máximo 8 personas, toda una mañana. Los hay para niños y jóvenes de 10 a 16 años y para adultos. Los próximos serán el 21 y 28 de diciembre y los días 11, 18 y 25 de enero. Más información en la web de Rubio. El diseñador Iván Caíña también imparte workshops, de los que avisa en su Instagram: @ivan_caina.

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